Ubicado en el fondo de un valle sin salida, contra una ladera de la sierra de Badaya, se halla el Jardín Botánico de Santa Catalina, único del País Vasco. Cuenta la historia que descendientes de la familia más poderosa de Iruña de Oca, fueron los que construyeron la primera edificación en este lugar, una casa torre en el siglo XIII en tiempo de revueltas feudales. Siglo y medio después cuando hubo paz en la zona, los Iruña decidieron cambiar su lugar de residencia cediendo el lugar y su antigua residencia a la orden de los Jerónimos. Estos religiosos contemplativos no duraron mucho en esta sede, una de las primeras que abrió la orden en la Península. Después de residir siete décadas los Jerónimos la abandonaron y entonces llegaron los Agustinos, que permanecieron cuatro siglos, hasta la desamortización de Mendizábal, en 1834. Pero la ruina total se adueñó del recinto, en la primera guerra carlista dado que fue reconvertido en cuartel de las tropas del pretendiente Don Carlos y tras la caída de esta fortaleza, los carlistas la incendiaron para nunca más volver a ser ocupada por nadie más. Se sabe que los primeros monjes tuvieron que abandonarlo porque vivían de las limosnas y Santa Catalina siempre fue un sitio aislado. Sin embargo, la segunda comunidad montó un curioso sistema de aljibes y terrazas que permitieron cultivar la huerta y sobrevivir en un lugar tan inhóspito, fue precisamente esto último lo que ha permitido que las hiedras, los musgos y líquenes y otros elementos de la naturaleza ayudaran a conservar y sujetar reteniendo durante siglos sus muros para que un día fueran rescatados.

En el famoso documento de la “Reja” de San Millán de 1025, una lista de los pueblos alaveses que pagaban un tributo al monasterio de San Millán de la Cogolla, viene mencionada la aldea de “Hagurhain” que junto con un despoblado llamado “Salurtegi”, le correspondía pagar una reja, es decir una barra de hierro. De manera que entre ambas poblaciones apenas sumaban por entonces diez vecinos. Esa pequeña aldea que se encuentra en la Llanada Occdental Alavesa, llamada Cuadrilla de Salvatierra, hoy es conocida como la Leal Villa de Salvatierra o también llamada Agurain y que fue a principios de nuestra era en el s. I a. C. un pequeño asentamiento de pastores eskaldunes en lo alto de un otero. Un cruce de caminos, un lugar de tránsito dado que Roma hizo pasar por esa pequeña aldea la calzada XXXIV ab asturica burdigalam para comunicar Astorga con Burdeos. Por aquella época esta región definía la frontera entre el condado de Vasconia y la Hispania visigoda. En1265, Alfonso X (el sabio) funda sobre dicha aldea una villa a la que bautiza con el nombre de Salvatierra, le concede el fuero de población y ordena que sea amurallada. Hoy, no es más que un bello y tranquilo pueblo cuyo trazado característico es el de una villa medieval cuyas tres calles nos transportan por su historia.

PARQUE NATURAL DE PAGOETA Me contaron hace ya algún tiempo que existe, en una montaña, una obra arquitectónica escondida en un claro de un bosque situado en el fondo de un profundo valle. Un complejo extraordinario, levantado por las manos de unos hombres, que aún resuena pese haber sido abandonado. Por suerte, me dijeron que hoy está recuperado y salvado de un futuro en ruinas. Y ocurre que dicha obra es especial porque en un día y a una hora señalada pide a gritos que vayamos a visitarlo porque su presencia es admirable como lo es el desusado ruido que con sus piedras aviva. También relatando me detallaron que si un día pretendía ver tan magnifica obra habría de caminar con sumo respeto por un paraje natural de inmensa belleza, protegido, y convertido en un jardín botánico. Del mismo modo me advirtieron que los sonidos relajantes, constantes y uniformes, en todas las frecuencias que se producen en la naturaleza, no serían los únicos que escucharía estando en ese lindo lugar. Así que hoy me he levantado con ganas de ver con mis propios ojos lo que un día me contaron y he acudido con curiosidad a visitar dicho parque. Así mi cerebro no solo ha recordado lo que me refirieron sino que, él mismo, se ha relajado al ir interpretando cada sonido que ha ido escuchando mientras yo caminaba por unos senderos señalados. Y de pronto entre tanta relajación…

Miguel Joaquín dirigiéndose a su padre, con tristeza, casi como una súplica exclamó: Aita guazen Altzo-ra; padre, vamos a Altzo. Aquello que hacía que Miguel fuera diferente le hacía sentirse mal e incluso él, a sí mismo, llegó a considerarse como un monstruo, como un aborto de la naturaleza. Tras su muerte, su cuerpo fue enterrado en el cementerio de Altzo Azpi, pero cuentan que años después se descubrió que alguien había saqueado la tumba y robado sus huesos. Las gentes del pueblo contaban que cuando llegó el momento de exhumar su cuerpo su esqueleto había desaparecido y presumiblemente sus restos, se especula, fueron robados para venderlos a algún museo o a un coleccionista morboso.

Nuestra mente es competente, con ella todos buscamos siempre un subterfugio ante el sufrimiento, la tristeza o el tedio y cuando no hay opción para librarnos de lo malo y feo de la vida, de la guerra, del hambre, de la marginalidad, del abandono, de la pobreza, de la enfermedad, del desconsuelo o de la soledad, entonces, surge nuestra imaginación al rescate para poder sobrevivir, para sacar una sonrisa de ilusión y alegría deponiendo lo más duro de cualquier conciencia. Activar nuestra imaginación desde niños para soñar despiertos, para sentir y vivir historias gracias a la creatividad y los cuentos de otros. Experimentar con nuestros sentidos de la vista y el oído generando sentimientos para dar lugar a nuestras emociones simples y básicas que solo despliegan empatía primaria hacia unos hechos. Dejar volar la imaginación para tener un tipo de pensamiento innovador, diferente a lo habitual y proporcionar un beneficio a nuestra mente racional. Así que, aunque yo sea ya demasiado adulta, jamás dejaré de soñar despierta como si fuera una niña.

…O DE COMO EL LIBERTADOR DE LAS AMÉRICAS SE HIZO INDEPENDENTISTA VIVIENDO EN BILBAO. - 2018 El hombre que sería llamado el Libertador en el año 1813, en el momento de ser bautizado el 30 de julio de 1783 en la Catedral de Caracas, Juan Vicente, su padre, quiso ponerle el nombre de Pedro, pero el sacerdote propuso que fuera Simón, evocando a los primeros familiares que llegaron y nacieron en América. Y así es como el libertador tuvo el poder de llevar el nombre de su antepasado vasco y tal vez por ese mismo vínculo de sangre con Esuskalerria fue que cuando tenia alrededor de los 17-18 años, según consta en los pasaportes expedidos y conservados en la casa natal del Libertador en Caracas, Simón Bolívar vivió durante un período de trece meses en el país de sus antepasados, residiendo en el Casco Viejo de Bilbao. Según se sabe, Bolívar estuvo en la capital bizkaína desde el 20 de marzo de 1801 al 29 de abril de 1802. En Bilbao el adolescente Bolívar, mientras cortejaba a su futura esposa, acudía con asiduidad a las tertulias enciclopedistas que se llevaban a cabo en la calle Bidebarrieta del Casco Viejo bilbaíno (hoy una preciosa biblioteca pública). Simón Bolívar además aprovechó su estancia en Bilbao para hacer unas cortas incursiones por Iparralde (Baiona) y Francia (París), con las que completó su pensamiento político e independentista. Por tanto podemos pensar que la ilustración de Simón Bolívar sobre los grandes autores del enciclopedismo francés como Montesquieu, Voltaire, Rousseau y los clásicos de todos los tiempos y gran parte de su cultura política la adquirió en ese año que estuvo paseándose por Bilbao.

Los acontecimientos que se produjeron durante la noche del día 11 de mayo de 1813 en la villa de Castro Urdiales (Cantabria) son conocidos como La Francesada y el hecho histórico está considerado por los historiadores como uno de los peores sucesos dentro de la Guerra de la Independencia. Las tropas francesas de Napoleón tomaron la villa después de varios días de asedio y los soldados españoles, cuya obligación era defender la plaza por su importancia costera, en un acto deshonroso, abandonaron sus puestos y bajaron al punto de embarque a través de unas escaleras talladas en la roca. Algunos de ellos no lo consiguieron. Alrededor de unos sesenta fueron abatidos por los franceses y se precipitaron al mar. Así fue que el pánico se adueñó de los castreños, al verse invadidos y sin que nadie pudiera defenderlos. Castro Urdiales quedó a merced de las tropas francesas. Los espantosos acontecimientos que se iniciaron aquella noche del 11 de mayo y que continuaron durante los días sucesivos, fueron terribles, en los que el olor de las calles de Castro Urdiales se llenaron de pólvora y sangre y se cubrió de cientos de cadáveres, hombres decapitados, mujeres asesinadas después de violarlas, niños arrojados al mar y otros, bebes, ensartados en las bayonetas de los fusiles, los edificios reducidos a ruinas y los gritos de dolor de las víctimas se confundían con los de júbilo de sus enloquecidos verdugos. Fernando VII, restituido ya en el trono español por el propio Napoleón, siendo consciente de que los sucesos de aquella noche en Castro Urdiales habían sido de un daño inhumano concluyo que la sangre vertida obligaba a esclarecer los hechos acaecidos durante el asedio y posteriores asesinatos en la ciudad ocupada y por ello mandó llevar a cabo una investigación. Las versiones y los múltiples testimonios de los supervivientes de aquella masacre y las investigaciones llevadas al respecto demostraron que la guarnición encargada de defender Castro Urdiales no tuvieron una actitud que pudiéramos llamar heroica y que hicieron gala del viejo refrán castellano de “sálvese quien pueda” dejando a la población civil que no pudo o no tuvo medios para escapar a merced de las tropas francesas e italianas, que por otra parte castigaron a los que allí se quedaron con una violencia y ensañamiento que poco tienen que ver con la condición humana.

La Senda del Pastoreo (marcada también como sendero de gran recorrido GR 282) conecta algunos de los puertos de montaña con más tradición ganadera de Gipuzkoa, Bizkaia, Navarra y Burgos. Se trata de un itinerario circular, de 485 kilómetros, salpicado de bordas y txabolas, donde vivían los pastores y sus familias durante los meses de estancia en el puerto, corrales, abrevaderos y otros elementos asociados al aprovechamiento ganadero, el camino se abre paso entre pastizales y primitivos bosques de hayas, encinas y robles atravesando y uniendo varios espacios naturales protegidos.

El macizo del Gorbea es una de las zonas montañosas de Euskal Herria, cuya cumbre ha sido vinculada con la del monte donde embarrancó el arca de Noé, suponiendo que existiera. Se dice que estuvo poblada por osos, lobos y tigres y obtuvo el dudoso privilegio de que el papa León XIII hiciera construir en su cima una cruz (la famosa cruz cantada del Gorbea) para conmemorar la llegada del siglo XX. Pero lo que mucha gente no conoce es que en los alrededores de esta cima, en la provincia de Álava, diseminados se hallan unos pequeños pueblos, pertenecientes a los valles de Zuia y Zigoitia y que muchas veces pasan desapercibidos por culpa de la fama del monte.

En Mijas, el día 28 de marzo de 1969, víspera de cumplirse los 30 años del final de la Guerra Civil, en una oscura habitación sin ventanas tras el hueco tapiado de una antigua alacena, oculto por un armario, se hallaba un hombre escondido en su propia casa. Y ese mismo día estando esa persona sintonizando su aparato de radio a bajo volumen escuchó la voz de Manuel Fraga Iribarne en su rueda de prensa semanal para comunicar los acuerdos del Consejo de Ministros y ahí, en ese instante, fue cuando ese individuo supo que había llegado el final de su encerramiento. En aquel momento, Manuel , que así se llamaba el ultimo alcalde republicano de Mijas, calzándose sus zapatos, los mismos que llevaba tres décadas sin usar, decidió que ya era hora de ir al cuartel de la Guardia Civil y contar su historia. Allí un teniente coronel de la Benemérita, al verle, sin más le dijo: - Es usted libre. Así terminaron para Manuel, un topo de la posguerra, sus 30 años de desasosiego y turbación, encerrado en su casa por miedo a la represión política que ejerció la dictadura de Franco contra aquellos hombres y mujeres que un día ostentaron cargos políticos en la república... El drama de las guerras no se limita únicamente a las víctimas que causan sino que derivan en situaciones que se prolongan en el tiempo. Una vez finalizada la Guerra Civil muchos combatientes, simpatizantes y cargos públicos tenían que huir de la represión franquista. Las batidas, los registros en los domicilios, los controles en las carreteras hacía imposible escapar de una muerte segura. Ante la incapacidad de huir de la muerte o huir hacia otro lugar, muchos de ellos no encontraron más opción que esconderse.

Gibraltar está situado en el extremo meridional de la península ibérica, al este de la bahía de Algeciras y no es otra cosa que un promontorio de rocas monolíticas que se formó hace mucho tiempo, alrededor de 200 millones de años, al chocar dos placas tectónicas. Con el devenir del tiempo se convirtió en una pequeña ciudad al pie de un peñón unida a la península ibérica por un istmo de arena que es cortado al mismo tiempo por un canal. Es de piedra caliza y alcanza unos 426 metros de altitud y forma parte de uno de los muchos territorios de ultramar que el Reino Unido fue reteniendo con su ejército a lo largo de su historia. Desde comienzos del siglo XVIII está en manos de Gran Bretaña, corona a la que pasó tras la Guerra de Sucesión Española. Esta diminuta península rocosa llamada también El Peñón o La Roca, es un enclave de escasamente seis kilómetros, sin embargo escolta muchos secretos en su interior. Así es que cientos de visitantes acuden todos los días del año para visitar y conocer algo más de este singular territorio británico donde el inglés se articula con un marcado acento andaluz.

A veces ocurre que con nuestros ojos vemos la belleza de lo que nos rodea y lo hacemos con esa mirada que cada individuo tiene de forma única y que fluye influida por los propios pensamientos, sentimientos, emociones que todos experimentamos a causa de nuestra personal manera de ser. A veces, posiblemente miramos más allá de lo que vemos buscando encontrar, imaginando, construyendo impresiones, reflexiones, sensaciones imposibles de explicar, que no vale la pena ni sirve de nada el intento de usar las palabras pues habría que inventarlas. Porque no hay palabras que describan adecuadamente las emociones, que traduzcan nuestros estremecimientos esos que nos hacen temblar en lo más hondo de nuestro corazón.

Aunque el bombardeo de Gernika ha sido el más conocido del conflicto, no fue el primero sobre población civil en suelo español. El primero fue el bombardeo sobre la ciudad de Oxtandio (en Vizcaya, País Vasco), cuatro días de iniciarse la Guerra Civil Española, el 22 de julio de 1936. Oxtandio se convirtió en la primera ciudad europea en sufrir un bombardeo (un año antes, los italianos habían bombardeado Etiopia). EL 22 de julio de 1936, miércoles, dos Breguet Br.19 con insignias republicanas procedentes del aeródromo de Recajo, situado a unos diez kilómetros al este de Logroño, aparecieron sobre Otxandio. Eran las 9.00 de la mañana. Las fiestas del pueblo habían atraído a numerosas personas a la villa de Ochandiano que seguía fiel a la República. Los dos aviones surcaban el cielo y los pilotos, Ángel Salas Larrazábal y José Muñoz Jiménez saludaban a los vecinos, consiguiendo atraer mediante gestos a un nutrido número de niños que, como había ocurrido en días anteriores, esperaban una lluvia de octavillas Tras practicar varias vueltas a unos setenta metros de altura, bombardearon y ametrallaron el centro urbano. Por entonces nadie sabía en lo que consistía un bombardeo pero los pilotos sabían perfectamente que estaban ejecutando a civiles y lo hicieron durante unos 25 minutos, haciendo repetidas pasadas y lanzando todas las bombas que portaban. Muchos de los cuerpos quedaron desfigurados, otros aplastados contra la pared, algunos cortados por la cintura, otros sin cabeza. Durante el franquismo el general Salas manipularía la realidad de la masacre y durante los primeros años de la democracia poco se habló ni interesó hablar del tema. Sin embargo, en este pueblo de Bizkaia a Ángel Salas Larrazábal , siempre lo recordarán como el asesino que una soleada mañana de julio, hace 81 años, lanzó bombas desde el cielo.

Antes de ayer por la noche estuvo nevando sin parar y al día siguiente en las cumbres de las montañas, las que diviso frente a mi casa, al amanecer se percibían cubiertas de una resplandeciente y blanca nieve. Siempre que ocurre este acontecimiento pasa algo extraño con la gente, de repente el lugar al que acudo para subir a la montaña se llena de personas infantiles, bulliciosas y juguetonas. Y es que cuando nieva, no solo los niños sino todos, como si volviéramos al pasado, al pisar la nieve, mágicamente por instantes nos vamos convirtiendo en los traviesos chiquillos que un día fuimos con la única intención de jugar.

Visitando el Museo Guggenheim.

En los años 90, justo debajo de la cima de Besaide, en el collado del mismo nombre y en medio de una campa verde, se colocó un nuevo monumento construido por el artista japonés Yoshin Ogata, denominado Fuente de vida y que se encuentra junto al del monumento al montañero desaparecido. Ambos monumentos se integran a la perfección con las moles calizas del Udalaitz y del Anboto, por lo que ese doble juego hace que el lugar sea único.

El Hayedo de Otzarreta (Zeanuri) es uno de los lugares más mágicos de todo el País Vasco.

La historia cuenta que para la construcción del Canal de Castilla se empleó mano de obra confinada. En la zona que os voy a enseñar, el interés por concluir los trabajos –sobre todo de excavación y de acarreo de materiales– llevó a movilizar varias cuerdas de presos desde distintas poblaciones españolas. De Barcelona salieron en septiembre de 1844 y agosto de 1845, mientras que de Sevilla partieron en abril de 1847 sobre 1.000 confinados que se destinan a los trabajos del canal de Castilla. Sus condiciones de trabajo y en la propia alimentación debían de ser tan lamentables que las propias autoridades estatales en un documento pedían para ellos... un alimento algo más sano y mejor condimentado del que, según noticias que han llegado hasta nosotros, se suministra a los destinados al servicio del canal. También se nos ha dicho que se trata a aquellos infelices con excesiva dureza: -Podrá haber exageración en estas noticias pero lo cierto es que nada temen tanto los confinados al presidio de esta plaza (Barcelona) como ir destinados al canal de Castilla.

Medina de Rioseco y también conocida por la Ciudad de los Almirantes, es una ciudad medieval, en la provincia de Valladolid, comunidad autónoma de Castilla y León, con gran riqueza artística y económica que se ganó el apelativo en el siglo XVI de la Vieja India Chica, por su movimiento de dinero y mercancías, semejante a las riquezas que venían de América. Su casco histórico con su rúa Mayor, su muralla, iglesias, museos y la dársena del Canal de Castilla constituye una de las zonas más atractivas para el turismo cultural y por su historia, arte, tradiciones ha sido declarado Conjunto Histórico.

A comienzos de 1601, durante la estancia de la corte de Felipe III de España bajo el validazgo del duque de Lerma, Francisco de Sandoval y Rojas, el cardenal ladrón, la capital del Imperio regresó a Valladolid, donde permanecería cinco años hasta su regreso a Madrid. Fue en ese tiempo cuando el monarca conocido como «el Piadoso» se hospedó en varias ocasiones en Ampudia, otorgando a esta localidad palentina, ubicada en plena Tierra de Campos, el privilegio de organizar un mercado franco libre de impuestos. Una feria donde se vendía de todo y el comprador no pagaba más tasa que la del producto comprado, esto despertó un gran interés por la zona convirtiendo a esta localidad en un apreciado centro mercantil. Ampudia es una pequeña población que se sitúa en la esquina sur occidental de la provincia de Palencia, a menos de treinta kilómetros de la capital.

Al abrigo de los Picos de Europa, en la carretera que une Potes con Fuente Dé, se halla la aldea de Mogrovejo, cuya torre defensiva y los tejados de sus casas se recortan sobre un escenario natural único y espectacular: las grandes rocas calizas del macizo oriental de los Picos de Europa. Y es en este lugar donde se desarrolla una buena parte de la trilogía escrita por Paul Watson sobre las aventuras de Heidi, la pequeña heroína de los Alpes creada por Joana Spyri.

La película comienza con una secuencia en el interior de un tren, la banda sonora que se escucha es una versión instrumental de Ay, Carmela. Secuencia que tiene la manifiesta y clara voluntad, en este caso, de situar históricamente la lucha del maquis a través de la carta del guerrillero (Antonio Gades) leída por la voz en off de su novia, una joven maestra andaluza (interpretada por Pepa Flores, nuestra Marisol) que llega a un pueblecito del norte en busca de su novio: un maquis que lucha con su partida en los bosques de alrededor. Os hablo de “Los días del pasado”, dirigida por Mario Camus sobre un guión que escribió él mismo junto con Antonio Betancor, sobre una idea de Miguel Rubio y de Manuel Matji, primera producción que aborda, de manera casi central, la lucha guerrillera en el interior del país. Una película en la que se humaniza a los maquis, con sus miedos, sus dudas, sus relaciones no solo de amor sino con las gentes de los pueblos en donde buscaban ayuda y provisiones. Lo que muchos viajeros y turistas no saben es que ese pueblo del norte que aparece en la cinta, concretamente es Bárcena Mayor y que, salvo unos planos, toda la película fue rodada en Cantabria y alrededores. Y esto, no me ha salido de casualidad buscando en Internet, es que lo sé de buena tinta.

El industrial más rico de la España de la época de los años 20, desde su mansión, en Punta Begoña en Getxo, contemplaba sus barcos surcar El Abra con las bodegas colmadas de mineral. Un hombre acostumbrado a tratar con políticos, nobles y espías que acabó condenándose cuando el destino le cruzó con el espía Wilhelm Canaris que llegaría a ser el principal responsable de Inteligencia en la Alemania nazi. Canaris vio en el magnate vasco al mejor de sus aliados y ambos trazaron una red secreta con Alemania para el rearme del país germano, para construir en España las armas más modernas, entonces prohibidas por el Tratado de Versalles, y esas reuniones, al más alto nivel, fueron llevadas a cabo en su finca de Punta Begoña con el Rey Alfonso XIII, el general Primo de Rivera, así como con los agentes secretos alemanes. De esas reuniones surgió el submarino E-1, construido en el astillero que Echevarrieta tenía en Cádiz en 1931 y que, a la postre, sería el principio del fin de su exitosa carrera empresarial. El submarino gaditano, en cuanto a armamento, velocidad de navegación sumergido y en superficie, y velocidad de inmersión y emersión, superaba a los estándares conocidos hasta entonces, por eso en realidad el millonario vasco siempre busco y tuvo la intención de vender el submarino a la Armada Española pero al final el E-1 nadie lo quiso y terminó vendiéndose al mejor postor y acabó en la Marina turca. Desguazado en los años 50, se conserva una maqueta en el Museo Naval de Estambul.

La marisma de Joyel ha sufrido durante el siglo XX episodios de relleno y desecación que han estado a punto de provocar su muerte biológica. A partir de su declaración como Reserva Natural en 1992 se ha procedido a una paulatina recuperación y ahora es un lugar de gran belleza que todos podemos disfrutar.

Ciudad Real, municipio y ciudad de España, situado en la comarca de Campo de Calatrava, también capital de la provincia homónima y parte de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha.

Soria ciudad y municipio de España, situada en el este de la comunidad autónoma de Castilla y León.