Un lugar accesible desde Barazar, es uno de los paisajes más fotografiado por sus visitantes, sobre todo, en los meses de otoño con la caída de las hojas porque se vuelve espectacular.

Las campas, una alfombra verde que invita a deambular por los alrededores, con la compañía de ovejas, vacas y caballos, disfrutando de su belleza y de lo idílico del entorno.

Un lugar que cambia en cada época del año, en verano se escucha el bullicio de los pájaros pero ahora lo que llega a nuestros oídos son los cencerros que el ganado y algunos caballos llevan colgados al cuello y que nos avisan de su llegada desde muy lejos.

El mítico protector de los rebaños contra el pedrisco y la amenaza de los lobos. Pronto, cercano al invierno, entre los árboles, aseguran algunos montañeros que se le podrá ver y a la vez oír su continuo rugido.

pues tras estos árboles nos vamos a encontrar con un bosque pequeño recostado en una ladera sombreada y húmeda.

Hayas trasmochas de edad avanzada, con la forma característica que dejaba el carboneo en el tronco y en las ramas.

Tronco ancho de mediana altura, corteza gris, salpicada de cicatrices, raíces extendidas, cubiertas de musgo y aferradas al terreno arcilloso. Sus ramas largas, se extienden hacia el cielo en busca de luz.

Un arroyo caudaloso en invierno, que forma una minúscula turbera.

las ramas de estas hayas eran sometidas a una poda para obtener carbón con la leña, una actividad tradicional que se realizaba de modo sostenible y de ahí sus troncos con formas raras.

Para los niños es un bosque mágico como de cuento de hadas.

...tronco robusto y ramas que compiten en altura buscando la luz en un verde intenso, acrecentado por el musgo que crecen en los troncos y las raíces.

...es un paisaje de ensueño que conquista y mas cuando en ocasiones queda inmerso en la niebla o como otras veces juega a dejar que la luz del sol se filtre creando sombras y luces fantásticas.

La luz se resbala y se cuela por los troncos, entre el ramaje y al contraste nos hace imaginar con mundos misteriosos ...

al ver un montón de troncos y ramas amontonadas, en ese instante, me vino a la cabeza que ya que la cosa se está poniendo algo fea con el tema de ´Cataluña lo mismo me quedaba a vivir en el bosque rodeada de su belleza y tranquilidad.

Y ya veis soy bastante apañada. No es muy grande y me tengo que agachar pero vamos es solo para dormir y el resto del tiempo pienso estar sentada ¿alguien sabe hacer una silla atando ramitas?

pero yo creo que me ha quedado coqueta. Alguna cortina más y aquí se puede vivir de lujo, lejos de la ruidosa y ajetreada vida de una ciudad en donde últimamente todo se resume a hablar de Cataluña que por mi se puede independizar, ya veis que es lo mismo que pienso hacer yo viviendo en el bosque.

-Así que lo de la silla lo voy a dejar porque creo que viviendo aquí voy a tener tiempo de sobra para conseguir hacerla... aceptar nuestras limitaciones en vez de limitarnos nos tienen que servir para seguir creciendo y aprendiendo.

-Vamos a ver que encontramos para comer.

Nos vigilan los ‘ireltxos’, diminutos gnomos que moran dentro de las setas, dicen que tienen querencia por las vistosas amanitas y este bosque está lleno de setas aunque por precaución mejor no cogerlas.

Creo que me voy a tener que conformar con las moras y las flores. En fin en los cuentos las princesas viven de los sueños, pues si, con tan buen alimento para unos meses ya tengo.Ya os contaré. Agur